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viernes, 23 de noviembre de 2018

#2 El primer penetrado

Este relato lo estoy reescribiendo porque se me perdieron los tweet iniciales
Después de la primera experiencia que tuve en el ciber, hubo un período en el que tuve un poco de miedo de ir por si alguien me había visto o escuchado.
Pero la calentura fué más fuerte que los miedos, quería sentir más bocas y
lenguas, sentir las lamidas
y el calor de la boca así como su succión, tener a mis pies a vatos, mirándome a los ojos mientras se metían mi fierro, agarrarlos de los cabellos y hacerlos meter todo y dirigir sus movimientos.
Y así fue, pero comencé siendo selectivo, y me tienen que entender, era primerizo, buscaba vatos "normales", de mi edad, y exclusivamente para que me mamaran la verga y nada más, prácticamente sin hablar. Fueron varios y francamente ningúno fue mejor que esa primera vez, pero era mi culpa, era puro chavo inexperto como yo.
Ese ciber era una joya para el cachondeo, llegó a tener 3 habitaciones en el 2 piso, en la que normalmente entraba tenía dos hileras de cubículos todos bastante privados, eran una especie de cuartito que no dejaba ver nada para adentro, como cajones separados solo por un pequeño pasillo para poder entrar a los cubículos y la pared del vecino cubículo funcionaba perfecto para dar más privacidad.
Ahí estaba yo, de caliente viendo videos porno, con la verga de fuera, cuando de pronto entró un vato y se quedó viendo la postal, era un 30 y más, algo afeminado. Ya llevaba pérdida la oportunidad por todos lados, pero como dice el dicho, más sabe el diablo por viejo  que  por  diablo,  se saboreo mi pito y lo siguiente que hizo fue ofrecerme el culo, yo estaba cachondisimo por tanto video, se bajó el pantalón ahí frente a mi, mostrándo las nalgas, blancas y carnosas
-Traes condón- pregunté solo eso, y me puse de pie, el asintió y me lo puso
-Metela papi-
"Pinche puto" pensé, yo sólo quería experimentar
La puse en su culo y empuje, su calor cubrió mi cabeza y sentí rico, estaba parado dandome la espalda y con las manos apoyadas en el escritorío del cubículo, flexionó las rodillas y levantó el culo, se fue mi verga completa y gimió, sentí su calor en todo mi palo y era delicioso, comencé a moverme bastante brusco, él se dejaba hacer, solo gemia. De lo rico que sentía se me olvido dónde estaba y se me salian gemidos, me vine rápido, el condón tenía toda mi leche, me acomodé mi ropa y me salí de donde estaba, ni las gracias le dí.
ÉL nunca lo supo, pero fue mi primera vez.
Gracias puto dónde sea que estés.

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